También suele ser frecuente creer en un karma o recompensa cósmica a las acciones del ser. Los wiccanos nos responsabilizamos de nuestros actos. Lo que el destino nos depara es el resultado de nuestros actos del pasado. Lo que recibiremos en el futuro será el resulta de lo que hacemos ahora. Requiere trabajo duro, responsabilidad individual y el deseo de darse cuenta de los errores para subsanarlos.
No es un sistema de premios y castigos, sino un fenómeno que guía el alma hacia acciones evolutivas. Aprendemos del Karma sólo cuando somos conscientes de él.
El trance y la meditación pueden ayudar, pero el autoconocimiento es el mejor medio para lograrlo.
Según algunas creencias de la brujería, las experiencias de la vida de uno, no dependen de las vidas anteriores.
El Dios y la Diosa se asegurarán de que tengamos esas experiencias particulares, pero nuestro trabajo es el de progresar; el de esforzarse mucho para ir hacia la perfección. Nosotros creamos nuestra propia realidad. Lo que queremos podemos lograrlo.
Si te resistes y no aprendes las lecciones que pretende enseñarte, las cosas irán a peor. Pero si lo reconoces y lo valoras por lo que es, un espejo de aumento que te muestra tu propio reflejo entonces las lecciones se vuelven más fáciles.
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