Aceptarse como aprendiz de la vida y el universo.
Ver la divinidad en la naturaleza.
Hacerse escuchar sin decir palabra alguna.
Guiar sin fuerza y enseñar sin orgullo.
Tomar las cosas más simples y mundanas, ver su aspecto mágico y darlo a conocer.
Cambiar de forma o ser invisible para pasar desapercibido cuando es necesario.
Ser fuente de seguridad, estabilidad, conocimiento y comprensión.
Mantener la calma, el orden y la perspectiva cuando too a su alrededor entra en caos.
Abrir los ojos y ver más allá.
Decir sin miedo “no lo sé”.
Saber cuándo sanar y cuándo permitir que el dolor sea el maestro.
Mantener la mente abierta a la sabiduría que se esconde en todo.
Acercarse a los dioses sin temor.
Seguir el instinto, cumplir la palabra dada, ser fiel a los ideales propios.
Dar ejemplo con sus palabras y silencios, acciones y letargos.
Enseñar el valor de la mente aguda y la fortaleza de la paz.
Crear historias, leyendas y mitos para transmitir lo que debe darse a entender.
Conocer las plantas y animales, lo suficiente para llamarlos amigos.
Ver a los dioses y diosas dentro de todos los que nos rodean.
Dar sin reproche.
Respetar las creencias y verdades de otros.
Mantener su cuerpo, su mente y su espíritu en óptimas condiciones.
Trabajar con y sin ayuda de herramientas especiales.
Enfrentarse a los retos con confianza.
Ser capaz de crear su propio arte.
Ser responsable de sus actos.
Conocerse a sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario